viernes, 30 de enero de 2015

Dolor País

El Discurso de lo Absurdo ¿Qué decir cuando se pretende explicar un hecho, convirtiéndolo en su justificación? ¿Cuándo un gobierno dirige su mirada sobre el texto de la realidad, pretextando un complot y una desestabilización mal intencionada? ¿Qué garantiza la convivencia, sin ser una y otra vez Caín del semejante cuando se despoja a las víctimas, intentando usurpar el lugar que las nombra? El lenguaje no cumple una función meramente descriptiva de la realidad, es capaz de crear realidades según los modos, con los cuales la articula. Tomar conciencia respecto a la violencia de interpretación imperante, es el desafío actual, de manera tal que esas formas de expresión cuneiformes dejen de lobotomizar a los ciudadanos convirtiéndolos en agentes discursivos de las ideologías que las sostienen. Ponerle fin a la palabra especulativa. Traducir lo que se pretende intraducible, para no morir doblemente. Para hablar en nombre, de los miles de gritos enmudecidos. El Discurso de lo Absurdo ¿Qué decir cuando se pretende explicar un hecho, convirtiéndolo en su justificación? ¿Cuándo un gobierno dirige su mirada sobre el texto de la realidad, pretextando un complot y una desestabilización mal intencionada? ¿Qué garantiza la convivencia, sin ser una y otra vez Caín del semejante cuando se despoja a las víctimas, intentando usurpar el lugar que las nombra? El lenguaje no cumple una función meramente descriptiva de la realidad, es capaz de crear realidades según los modos, con los cuales la articula. Tomar conciencia respecto a la violencia de interpretación imperante, es el desafío actual, de manera tal que esas formas de expresión cuneiformes dejen de lobotomizar a los ciudadanos convirtiéndolos en agentes discursivos de las ideologías que las sostienen. Ponerle fin a la palabra especulativa. Traducir lo que se pretende intraducible, para no morir doblemente. Para hablar en nombre, de los miles de gritos enmudecidos.

No hay comentarios: